lunes, 15 de septiembre de 2014

Baila, baila, baila - Haruki Murakami.

Luego, por primera vez en mucho tiempo, encendí la radio y conduje hacia el oeste mientras escuchaba algo de rock. La mayor parte de la música que sonaba era un coñazo: Fleetwood Mac, Abba, Melissa Manchester, los Bee Gees, KC and The Sunshine Band, Donna Summer, The Eagles, Boston, The Commodores, John Denver, Chicago, Kenny Loggins… La música manaba y se disolvía como la espuma. ¡Qué bazofia!, pensé. Basura para masas, música de consumo para sacarles los cuartos a los adolescentes. Pero luego me entristecí. Estábamos en otra época. Eso era todo.

Mientras conducía intenté recordar la bazofia que sonaba en la radio durante mi adolescencia. Nancy Sinatra… Pues sí, también era una mierda. Y The Monkees eran horribles. Incluso Elvis cantaba bastantes temas inmundos. También estaba un tal Trini López. La mayoría de las canciones de Pat Boone me hacían pensar en una loción desmaquilladora. Fabian, Bobby Rydell, Annette y, por supuesto, Herman’s Hermits. Toda esa música era infame. Grupos ingleses absurdos que salían uno detrás del otro… Algunos llevaban el pelo largo y otros vestían ropa ridícula. ¿Algún ejemplo? The Honeycombs, The Dave Clark Five, Gerry and the Pacemakers, Freddie and The Dreamers…, había ejemplos a patadas. Los Jefferson Airplane me recordaban a un cadáver con rigor mortis. Tom Jones…, sólo con oír su nombre se me ponían los pelos de punta. Engelbert Humperdinck: el clon feo de Tom Jones. Herb Alpert & The Tijuana Brass, que se oían de fondo en los anuncios de todas las emisoras. Los hipócritas de Simon y Garfunkel. Y los neuróticos de los Jackson Five. Era exactamente lo mismo.

Nada ha cambiado, me decía. Las cosas son siempre, siempre, siempre las mismas. Cambia el año, y unos grupos sustituyen a otros. En todas las épocas ha existido esa absurda música de usar y tirar, y seguirá existiendo en el futuro. Igual que los cambios en la marea provocados por la Luna. Conduje un buen rato, distraído, mientras pensaba en esas cosas. En cierto momento sonó Brown Sugar, de los Rolling. Sonreí sin darme cuenta. Era una canción fabulosa.

Baila, baila, baila - Haruki Murakami.